📗 "Developing Expert Teaching" (I)
La importancia de formarse y las fases imprescindibles - Educlaustro #164
En esta edición extraemos las ideas principales del libro “Developing Expert Teaching” de Peps Mccrea, que profundiza y desarrolla aquellos elementos que son fundamentales para la formación y mejora docente.
Es un libro bastante corto y se lee rápido, lo que no está reñido con la gran cantidad de aprendizajes e ideas extraídas de él, tanto para aplicarlas en el autoaprendizaje como para tenerlas en cuenta si formas a otros/as docentes.
¡Vamos al lío!
La importancia de la formación docente
Antes de meternos de lleno en las ideas más prácticas, es fundamental que abordemos la importancia de la formación docente.
We need to put as much thought into teacher development as we put into students learning.
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Necesitamos pensar tanta atención en el desarrollo docente como lo hacemos en el aprendizaje del alumnado.
Autor: Matt Hood.
No se me ocurre mejor inversión para mejorar la educación que en la formación docente. En la Edición 163 hablábamos de la importancia de bajar la ratio, una medida que no sería tan efectiva si no va acompañada de un cambio en la docencia. Y para eso… Exacto, necesitamos formarnos.
Peps, en el libro, defiende que el primer eslabón para mejorar la educación es el desarrollo de los/as maestros/as. Él lo ve, y yo estoy muy de acuerdo, como una inversión que se retroalimenta. Es decir, que cuando nos formamos para mejorar nuestra práctica con un grupo en concreto, esta mejora conllevará consigo más mejoras posteriores, y así sucesivamente (a esto se le conoce como el Efecto Compuesto -compound effect en inglés-).
Además, teniendo en cuenta la gran complejidad que conlleva la tarea de enseñar ayudar a aprender, como comentaba Toni Solano en el libro “Aula o Jaula”, con maestros/as más (y mejor) formados será mucho más probable que el aprendizaje del alumnado también sea más, mejor y más efectivo.
Por todo ello, hoy vamos a intentar aprender algunas claves sobre cómo formarnos (o formar a otros/as).
Conseguir el expertise (habilidad)
No sabía muy bien cómo definir expertise. Lo entiendo como una habilidad ya desarrollada, casi -y quizá sea un false friend- experta. Durante esta edición lo entenderemos como eso, la capacidad de hacer alguna cosa, en este caso enseñar, con cierta habilidad.
Verás, el conocimiento es esencial. Lo vimos en la Edición 151, pero creo que sigue siendo importante recordarlo. Querer un aprendizaje competencial no significa desterrar los conocimientos.
Los conocimientos son las raíces de la habilidad, de la competencia. ¿Recuerdas lo de ordenar una habitación vacía? Sin conocimiento es imposible cambiar nuestras acciones y, por consiguiente, los resultados que obtenemos.
¿Cómo voy a cambiar algo si no sé que hay otra forma, quizá mejor, de hacerlo? No podemos mejorar lo que no sabemos que podemos mejorar. Aunque parezca un trabalenguas. Por tanto, para conseguir ese expertise necesitamos conocer. Conocimientos. Conceptos.
¿Quiere decir que debemos aprender esos conocimientos y conceptos “de memoria”? ¿Sin que estén contextualizados? ¿Sin que podamos ponerlos en práctica? Ni hablar. Es justo lo contrario. Lo veremos más adelante.
En el libro, Peps subraya 4 conocimientos que cree esenciales adquirir para mejorar la función docente:
Mecánicas de Enseñanza/Aprendizaje. La evocación, práctica espaciada, deliberada, intercalada, carga cognitiva, etc. Tienes algunas en la Edición 136.
Estrategias. Es decir, cómo llevar y usar las mecánicas anteriores en el aula para ayudar al alumnado: actividades, presentaciones, debates, dinámicas, etc.
Contextualización. Conocer tu contexto. No solo el ambiente que te rodea, sino también tu forma de entender la educación y enseñar. Analizar cómo puedes integrar las estrategias en la práctica.
Rutinas. Este es un tema que podría ocupar la edición al completo. Una rutina es una conducta repetida con un fin concreto. Es importante intentar que se convierta en un hábito (acción autómatica) lo antes posible. Integrar las estrategias y mecánicas como rutinas en nuestro día a día puede conllevar la creación de hábitos y, con ellos, la automatización de estas acciones que nos facilitarán poner atención en otros aspectos importantes del aprendizaje.
Ahora bien, recuerda que antes te he dicho que este expertise depende del conocimiento. Y aquí encontramos un pequeño “problema”: este conocimiento (al igual que pasaba con la creavitidad) no se puede transferir. ¿Qué quiero decir? Que si desarrollas una gran habilidad para enseñar matemáticas y, en este área eres un/a gran docente, esto no implica que lo seas en historia, lengua o educación física, porque la habilidad dependerá en gran parte del conocimiento específico sobre esa área.
Bien es cierto que, como le pasaba a Djokovik -y vimos en una de las ediciones anteriores-, una gran habilidad en un área, posiblemente, nos ayude a adquirir más rápido (y eficientemente) la habilidad en un área diferente.
Los 6 aspectos del desarrollo profesional
Una vez entendemos lo que es el expertise y la importancia de los conocimientos en nuestro desarrollo como docentes, estamos preparados/as para centrarnos en los 6 pasos fundamentales para conseguir una formación eficiente y, sobre todo, útil.
Personalmente los he entendido como una cadena. Cada elemento es un eslabón que está íntimanete ligado al siguiente. Una cadena que, cualquier grieta, hará que sea mucho menos eficaz.
1. Entender (Get It)
Este sería el primer paso. Conocer. Saber el porqué de alguna cosa, las mecánicas y estrategias que podrían ayudarnos a mejorar nuestra labor. En definitiva, saber la teoría.
You can’t change what you don’t understand.
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No puedes cambiar lo que no entiendes.
Autor: James Harrington.
Conocer nos facilita la decisión. Y no solo eso, sino que nos acerca a que nuestras “apuestas” tengan más posibilidades de ser las ganadoras. Esta, entre otras cosas, es la función de la evidencia educativa. No es darnos manuales de instrucciones, certezas o pasos a seguir, sino informarnos sobre lo que, en un contexto específico y con un grupo de alumnos/as, tenemos más posibilidades de que funcione.
Como decíamos antes, la educación es un problema complejo.
El contexto, las casuísticas de nuestra clase, los elementos del proceso enseñanza/aprendizaje, los objetivos o las diferentes metodologías son algunos de los aspectos sobre los que debemos adquirir conocimientos para comenzar a mejorar.
Y cerramos este primer escalón hablando de la experiencia. Y de su importancia. Peps cree en la experiencia como un elemento autoformador, pero sostiene que por sí misma hay elementos que nos sería muy difícil entender.
¿Y cómo podemos llegar a conocer esos elementos? Gracias a la experiencia informada por la investigación científica. Para ello, mis recursos de confianza son cualquier libro de Héctor Ruíz, el blog de Juan Fernández, la web de Albert Reverter o el podcast de Jose Luís Serrano.
When someone understands the underlying mechanics of a strategy, they are more likely to use it at the right time, in the right way, and adapt it for different contexts without lethal mutation.
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Cuando entendemos las mecánicas de una estrategia, tenemos muchas más posibilidades de utilizarla en el momento correcto, de la forma correcta, y adaptarla a los diferentes contextos sin un cambio sustancial.
Autor: Peps Mccrea.
Teniendo en cuenta esta afirmación, la evidencia científica también es clave para reducir el “Coste de oportunidad” en clase y, con ello, ser más eficientes.
2. Ver (See It)
Bien. Ya conocemos aquellos aspectos en los que queremos formarnos para mejorar nuestra práctica. Ahora es el momento de ver y recopilar ejemplos de esos conocimientos puestos en práctica. Y para ello, la observación a otros/as docentes es un elemento fundamental.
Ver en acción cómo otros/as docentes -más “expertos/as”- dan clase, facilita la transmisión entre la teoría y la práctica. Sería como un puente que tenemos que cruzar para llegar desde la adquisición de los conceptos hasta poder realizar nuestra propia acción de enseñanza.
Este es un buen momento para hablar del modelaje. Ver modelos que posteriormente podamos replicar, conociendo aquellos aspectos clave para su buen desarrollo, “asegurarán” un mejor aprendizaje por nuestra parte.
Además, esa visualización de modelos previos nos evitarán el esfuerzo cognitivo de imaginar cómo trasladar la teoría a la práctica, ya que estaremos viendo y conociendo cómo ha de ser exactamente y, a partir de ahí, podremos adaptarlo a nuestro contexto y necesidades.
Antes de profundizar sobre los modelos que podemos utilizar, debemos establecer los objetivos. Y, al igual que pasa con el alumnado, estos deben ser claros, específicos y bien definidos. Todo el proceso se debe enfocar en conseguirlos y, así, evitar que nos desviemos de nuestra ruta.
Unos objetivos bien marcados nos facilitan la observación y el análises porque, ¿qué voy a observar si no sé qué tengo/quiero conseguir?
Ahora sí. Una vez tenemos los objetivos definidos podemos abordar los tipos de modelos y ejemplos que podemos utilizar.
Demostraciones. Mucho más efectivas si se llevan a cabo mediante thinking-alouds, es decir, narrando verbalmente lo que vamos haciendo y el porqué, además de nuestros pensamientos, análisis u observaciones en el aula.
Vídeos de clase. Nos ofrecen realismo y ver la puesta en práctica en un contexto real. Además, los podemos ver las veces que necesitemos con la posibilidad de enfocarnos cada vez en un aspecto específico.
Casos de estudio. Son más difíciles que los ejemplos anteriores ya que para ponerlos en práctica tendremos que imaginar la forma que tendrían durante una sesión. Esto no resta que sean de gran ayuda para conocer lo que ha funcionado y lo que no.
Observaciones en el aula. Como comentábamos antes, esenciales. Ver cómo trabajan compañeros/as en sus aulas debería ser uno de los pilares de nuestra formación continua.
Bien es cierto que durante una sesión están ocurriendo muchísimas situaciones en un mismo momento y esto hace difícil el análisis. ¿Cómo podemos asegurar cierta efectividad?
Sabiendo el objetivo de la observación de antemano para poner toda nuestra atención en él.
Haciendo un seguimiento entre observador y observado, compartiendo, preguntando y sacando conclusiones sobre el porqué de las acciones.
Comparando y visualizando lo vivido con la teoría previamente adquirida, para ayudarnos a dar sentido a todo como un conjunto.
Ejemplos y contraejemplos. Nos permitirá enfocarnos en aquellos elementos comunes a todas las experiencias y que, por tanto, serán cruciales.
Conclusión
Llegados hasta este punto podemos subrayar la importancia de ligar las diferentes fases. De, como decíamos al principio, tratarlas como una cadena en la que cada eslabón depende del anterior y el siguiente.
Comprender un concepto en la fase get it será mucho más efectivo si inmediatamente observamos cómo se lleva a cabo en la práctica mediante el see it y, para ello, hay diversas formas, como hemos visto.
Esta relación entre fases facilitará nuestra formación, lo que podrá suponer una mejora del aprendizaje de nuestro alumnado que, deseablemente, acabará con una mejora de la educación. El efecto compuesto.
La semana que viene acabaremos de abordar los últimos 4 elementos del libro:
Probar (Try it)
Practicar (Keep it)
Incluir (Fit it)
Promover (Own it)
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