📗 Los 7 pecados de la memoria (II)
¿Podemos mejorar la de nuestro alumnado? - Educlaustro #181
¡Buenos días, profe! 👋 ¿Qué tal?
Seguimos con la segunda edición sobre los 7 pecados de la memoria. El domingo pasado hicimos, y recordamos, una breve introducción a la memoria y su importancia e introdujimos los cuatro primeros “pecados”: transitoriedad, distracción, bloqueo y atribución errónea.
En la edición de hoy acabaremos de ver los últimos tres pecados y además responderemos la pregunta “¿se puede mejorar la memoria?”. Quizá su respuesta te sorprenda.
¡Vamos al lío!
Los 7 pecados de la memoria
5. Sugestibilidad
Relacionado con el cuarto pecado “Atribución errónea” tenemos la sugestibilidad, es decir, la tendencia de nuestra memoria a ser influenciada por información externa que puede distorsionar o alterar nuestros recuerdos.
Como vimos, cada vez que rememoramos un recuerdo lo estamos modificando. Estas modificaciones pueden ser debidas a las sugerencias, preguntas o manipulación de otras personas o por información que ocurrió posterior al evento.
Y es alucinante. Nuestras memorias son menos fidedignas de lo que pensamos. De hecho, hay muchos experimentos que lo comprueban. Uno de los que más me llamó la atención es el caso de Paul Ingram, a quien se le hace recordar cosas que nunca le pasaron.
Otro de los que me fascinan es el experimento de James McConnell, quien organizó una escena en la que dos supuestos estudiantes (que en realidad eran actores) comenzaban una acalorada pelea que terminaba en un disparo.
Aunque todos los estudiantes habían presenciado la escena desde el minuto en el que comenzó, cuando se les preguntó por el arma, el color de ropa, las caras de los implicados, etc., la respuestas de muchísimas personas eran distorsionadas.
Aunque este segundo experimento no es el mejor ejemplo para demostrar la sugestibilidad, sí que lo es para “no fiarnos” del todo de nuestros recuerdos y ser conscientes de que quizá lo que vemos y luego recordamos, no es exactamente lo que pasó.
Un último apunte. He sido incapaz de recordar y encontrar las fuentes donde leí estos experimentos, así pues, pueden haber fallos ya que he recurrido a ChatGPT para que me recordase algunos datos. Si observas algún fallo, te agradecería que me lo comentases.
6. Sesgo / Parcialidad
Consciente o inconscientemente estamos influenciados por nuestros sesgos cognitivos que, de una forma u otra, van a modificar nuestra memoria y como percibimos la realidad.
En este caso debemos detenernos un momento porque hay que diferenciar dos conceptos clave: sesgos y heurísticos.
Los sesgos vendrían a ser los “fallos en el sistema” que muchas veces vienen producidos por el mal funcionamiento de los heurísticos. Por ejemplo, un sesgo es que normalmente recordamos mejor y prestamos mucha más atención a la información que confirman nuestros pensamientos (sesgo de confirmación).
Los heurísticos, por su parte, son atajos que hemos ido construyendo durante nuestra evolución para facilitar y simplificar la toma de decisiones, haciéndola de una forma rápida. Por ejemplo, si vamos por la montaña y unos arbustos se mueven, pensamos que un animal puede estar detrás y nos ponemos en guardia.
Estos atajos, sobre todo los sesgos, van a influenciar nuestra memoria. También nuestro conocimiento previo, las creencias, los valores o los sentimientos que tenemos en ese preciso momento en el que recordamos.
La emoción juega un papel importante para recordar situaciones pero, y viendo los experimentos comentados anteriormente, cuando las emociones son demasiado fuertes, nuestra memoria puede distorsionar mucho de la realidad.
7. Persistencia
¿Hay recuerdos que te gustaría olvidar? ¿Tienes pensamientos intrusivos que te gustaría evitar? Eso exactamente es la persistencia. Somos incapaces de olvidar recuerdos no deseados. Es más, seguramente te ha ocurrido que cuanto más esfuerzo haces por evitarlo más difícil sea que lo olvides en ese instante.
También ocurre con recuerdos positivos, aunque los negativos, los vergonzosos o aterradores son los que más nos molestan, llegando a generar emociones negativas.
¿Podemos mejorar la memoria?
Bien. Vistos los “7 pecados de la memoria”, y recordando lo dicho en la edición anterior, debemos conocerlos no para evitarlos (ya que va a ser imposible), sino para conocer un poco mejor nuestra memoria y, así, poder mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Además, y esto ya es de forma personal, el conocimiento de estos aspectos nos ayuda a conocernos a nosotros mismos un poco más, siendo más conscientes y analizando nuestros propios pensamientos y conductas.
Finalmente, acabamos la edición intentando responder a la pregunta que planteábamos la semana pasada: ¿se puede mejorar la memoria en general como hacemos con un músculo?
Como siempre, quizá pueden haber detalles que no sean del todo precisos e incluso algún error. Esto sigue siendo fruto de lecturas, podcasts y anotaciones. Espero que sirva.
La respuesta rápida, corta y, quizá, demasiado simple es NO. La memoria no se puede mejorar como lo hacemos con los músculos. Quiero decir, si vas al gimnasio a trabajar y fortalecer las piernas eso te ayudará para decenas de actividades: correr, andar, saltar, nadar, jugar al fútbol, al tenis y un largo etcétera.
Con la memoria no pasa lo mismo. Que seas capaz de memorizar todas las capitales del mundo no te va a hacer capaz de memorizar 50 fórmulas matemáticas.
Con esto quiero decir que no por ejercitarla más vamos a conseguir una mejor memorización en todos los ámbitos, ya que no es aplicable de un contexto a otro. No es transferible.
¿Entonces la memoria no se puede trabajar ni mejorar? Sí. Lo podemos hacer pero con teniendo en cuenta un aspecto esencial: debe ser en áreas específicas. Si quiero ser mejor en inglés, podré trabajar y mejorar mi memoria y aprendizaje en este área, pero ello no me facilitará la adquisición de aprendizajes de física o matemáticas.
Por esto, es mucho más fácil memorizar cosas que entendemos (y sobre las cuales ya tenemos un conocimiento previo) que las que no entendemos y estamos aprendiendo de cero.
Cuanto más sabes sobre algo más fácil es aprenderlo (y recordarlo) ya que podemos establecer muchísimas más relaciones (lógica, historias, teorías, reglas, modelos mentales, explicaciones, etc.) entre ellas lo que nos facilitará muchísimo su recuerdo en posteriores ocasiones.
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¡Hasta la semana que viene!