📗 "Developing Expert Teaching" (II)
La importancia de formarse y las fases imprescindibles - Educlaustro #165
Segunda y última edición dedicada al libro “Developing Expert Teaching” de Peps Mccrea, que profundiza y desarrolla aquellos elementos que son fundamentales para la formación y mejora docente.
¿Te perdiste la edición pasada? En ella hablamos sobre la importancia de la formación docente. También aclaramos lo que entendemos por expertise y vimos las dos primeras fases para desarrollar un expert teaching.
Hoy terminamos de analizar el libro con los 4 últimos eslabones para conseguir una formación docente eficaz y de calidad.
Por si te perdiste la edición pasada, te dejo el enlace por aquí.
¡Vamos al lío!
Los 6 aspectos del desarrollo profesional
Una vez desarrollados -el pasado domingo- los dos primeros elementos (Entender -Get It- y Ver -See It-), estamos listos/as para seguir con los siguientes eslabones de la cadena de la formación.
3. Probar (Try It)
Imagina que quieres aprender a conducir. Ya conocemos la teoría (Get It). Hemos hecho diversos trayectos como copilotos, observando cómo se conduce (See It) y diversas situaciones que nos podemos encontrar.
Ahora te pregunto, ¿sabriamos conducir? Apostaría que no. Y no solo esto, sino que aún conociendo toda la teoría y habiendo vivido cómo se hace, nos sentiríamos muy inseguros/as y nervioso/as. Por ello, la práctica es esencial. Sin probarlo no sabremos realmente cómo se hace. No mejoraríamos.
Volvemos al aula. Aquí tenemos un cierto margen para la experimentación, aunque no podemos permitirnos “jugar” con el aprendizaje del alumnado. Peps plantea una serie de ideas alrededor de la práctica que nos pueden ayudar a que esta sea mucho más enfocada, útil y con sentido.
Simula una clase. Dentro del aula, con nuestras criaturas, hay miles de situaciones y elementos a los que atender, ¿verdad? Las acciones, preguntas y actitudes que suceden durante una sesión requieren toda nuestra atención con el fin de ayudar al alumnado a aprender.
Y aquí viene lo difícil porque estos recursos cognitivos son los que también necesitaremos para centrarnos y mejorar nuestra práctica docente. Entonces, ¿qué priorizamos? Exacto. No podemos permitirnos, al menos de forma continuada, no poner el 100% de atención en el alumnado.
Por tanto, utilizando nuestra excepcional capacidad para imaginar y crear simulaciones en nuestra mente, pensar los pasos que haremos, las situaciones que nos encontraremos y visualizarnos en clase será una gran herramienta para facilitarnos la práctica posterior. Ya habremos hecho gran parte del trabajo en casa.
Minimiza el cambio. Si nunca has gamificado (o tu alumnado), no sería buena idea empezar con una gamificación anual. Si nunca has trabajado con ABP (o tu alumnado), tampoco será buena idea comenzar planificando un proyecto multidisciplinar y durante un largo periodo de tiempo.
Los cambios conllevan tiempo. No solo para su implementación o diseño, también para que el alumnado se adapte a ellos.Por tanto, es buena idea dividir ese cambio en modificaciones más pequeñas y fáciles de implementar. ¿Quieres cambiar la forma en la que evalúas? Podríamos comenzar por las preguntas que planteamos. Una vez esté interiorizado (por nuestra parte y por la del alumnado), continuar por la forma en la que corregimos. Luego, pasar a la forma en la que ofrecemos el feedback. Y así sucesivamente.
Recuerda: muchos pequeños cambios conllevan uno grande.
Adapta el modelo. Observar modelos es importante, pero mucho más personalizarlos a nuestras necesidades, contexto y docencia. Para ello, necesitaremos tiempo de reflexión e intercambio de ideas con otros/as docentes.
Esta reflexión y diálogo, ya sea con nosotros/as mismos/as o con compañeros/as, nos ayudará a identificar los aspectos clave del modelo, es decir, los pilares sobre los que se sustenta toda su estructura y es importante mantener para que funcione.
Practica. No hay más. Practica, reflexiona, cambia, mejora y vuelve a practicar.
Evalúate (formativamente). Una vez hemos practicado, es importante identificar aquellos aspectos que no se han desarrollado como preveíamos y el porqué. A partir de ahí, proponer mejoras y volverlo a probar. Esto, mediante la práctica deliberada, hará el proceso más eficiente.
Debate e intercambia opiniones con otros/as docentes. En definitiva, exponte.
4. Practicar (Keep It)
Bien. Un pequeños repaso. Hemos aprendido los conceptos, luego hemos visto qué forma tienen en la práctica y también hemos probado a desarrollarla nosotros/as mismos/as.
¿Ahora qué? Debemos practicar, modificar, practicar, modificar y así sucesivamente, hasta que al final logremos incluirlo en nuestro método de enseñanza y lo convirtamos en un hábito. Recuerda que estos hábitos nos ayudan a liberar carga cognitiva que utilizaremos para centrarnos en otros aspectos del proceso enseñanza/aprendizaje.
En la Edición 83 hablamos de cómo crear mejores hábitos, útil para la docencia pero también para nuestro día a día.
5. Incluir (Fit It)
“La práctica hace al maestro… y la reflexión sobre ella al sensei” (me he inventado la segunda parte). Una vez hemos practicado, debemos diseñar nuestro propio proceso/método, personalizarlo y adaptarlo a nuestras necesidades y las de nuestro contexto, terminando por incluirlo en nuestra rutina docente diaria.
Por el contrario, si implementamos lo aprendido de forma esporádica, poco significativa (para nosotros/as o para el alumnado) y descontextualizada, probablemente no tendrá el impacto esperado en el aprendizaje del alumnado.
Nuestra formación, al igual que en el aula, debe tener sentido y utilidad, para ello Peps propone 3 fases que nos pueden ayudar a conseguirlo:
Análisis y evaluación de las decisiones. ¿En qué me voy a formar? ¿Para qué? ¿Qué necesidades tengo/tiene el centro?
El impacto. ¿Qué acción formativa tendrá mayor impacto en el aprendizaje del alumnado? ¿Tenemos un tiempo límite? Debemos seleccionar aquellas tareas específicas e importantes (core tasks) que queremos mejorar.
Programa el currículum de tu propia formación docente. ¿Qué tienes que conseguir primero para poder seguir el camino después? Establece checkpoints y la ruta a seguir para lograr el objetivo.
6. Promover (Own It)
Y llegamos al último escalón. Este, en mi opinión, quizá sea el paso que requiera más esfuerzo, tiempo y enfoque. Y, aunque Peps lo presenta como el paso final, quizá sea interesante adaptarlo y desarrollarlo durante todo el proceso.
Un aspecto clave para conseguirlo es el compromiso con nosotros/as mismos/as que nos “forzará” a seguir el plan establecido, sin desviarnos de la ruta.
Es cierto que este compromiso conlleva un coste de oportunidad, es decir, ¿qué estamos dejando de hacer por enfocarnos en este proceso?, recuerda que ya hablamos de él en la edición pasada.
En el libro se subrayan algunos elementos imprescindibles que nos ayudarán a conseguir el proceso.
Compromiso. Debemos establecer unos objetivos específicos, claros y medibles (SMART). Una vez propuestos, será más fácil tomar decisiones deliberadas y estratégicas que nos acerquen a ellos. Aquí entran en juego los Growth Loops y las rutinas.
“Bien, Isaac. Pero a mí me cuesta mucho autorregularme y sé que no acabaré pudiendo seguir la estrategia si nadie me obliga”. Sin problema, una buena idea es hacer el plan formativo junto a un/a “accountability partner”, que será esa persona con la que compartiremos nuestras intenciones y “pasaremos cuentas” del proceso.
Información para la decisión. Crear un plan de formación a seguir, como comentábamos anteriormente, nos facilitará el proceso. Pero hay una pregunta importante que nos tenemos que hacer: ¿Realmente tendrá un impacto tan grande en mi clase? ¿El esfuerzo recompensa el impacto en el aprendizaje?
Un ejemplo son los Geniallys increíbles que muchos/as utilizamos en nuestras clases. ¿La cantidad de horas de preparación (esfuerzo) son equivalentes al aumento del impacto en el aprendizaje?
Busca el acompañamiento durante el proceso, seá mucho más fácil.
Largo plazo. La formación, igual que el aprendizaje, es un proceso a largo plazo. Por ello sería conveniente que creásemos nuestro propio plan de formación. Si lo tenemos estructurado, será más difícil que lo postpongamos o procrastinemos.
Establecer también checkpoints y celebrar las pequeñas victorias nos ayudarán a sostener la motivación durante todo el proceso.
Confianza, tanto en la formación como en los formadoes. ¿Y si somos nosotros/as los/as formadores/as? Entonces mucha empatía, compartiendo nuestra experiencia, lo que sabemos del tema y transmitiendo nuestro conocimeinto sobre las situaciones cotidianas que ocurren dentro del aula.
Conclusiones e ideas clave
Debemos tener en cuenta que, aunque la frase esté algo manida, la formación y el aprendizaje docente debe darse continuamente. Debe convertirse en una actividad autotélica.
Antes de conocer el libro ya utilizaba una frase que llevo como mantra y en la que me veo muy reflejado: “Veo, pienso, pruebo, evalúo y mejoro”. Me alegra cantidad que muchos elementos del proceso que comparte Peps sean equivalentes. Me hace creer todavía más en ello.
¿Y todo son beneficios? Creo que no. Es difícil lidiar con toda la rutina de la escuela, las situaciones personales de cada uno/a y añadir un rato semanal a la autoformación y mejora. También creo que, como decíamos en la edición pasada, es la mejor forma de mejorar, valga la redundancia, la educación.
Cuando estuve en Vancouver conocí el Professional Development Day (Pro-D Days), un día en el que el alumnado no acude al centro y los/as docentes sí para dedicarse a realizar tareas de formación. Con este día creo que es más fácil llevar a cabo un proceso tan completo (y complejo) como este.
¿En España qué podemos hacer? Quizá sea más fácil introducir poco a poco cambios en nuestra clase. Por ejemplo, establecer una sesión en la semana en la que probamos un método, organización o estructura nuevas e ir anotando después de la sesión (de forma rápida) aquellas cosas que no han funcionado y el porqué, sin descuidar el aprendizaje del alumnado, por supuesto. Esto nos facilitará la reflexión y, mediante la información previa, podríamos ir siguiendo los pasos propuestos por Peps.
Recordar que nuestra propia formación es esencial para la mejora del aprendizaje de nuestro alumnado. Y no solo eso, sino que además es la forma más barata y sostenible en el tiempo.
¿Tres claves para llevarlo a cabo?
Adáptala a tu contexto y tus necesidades.
Conviértelo en rutina. Menos esfuerzo para llevarlo a cabo.
No juzgues.
Espero que este boletín sea, o se convierta, en una pieza fundamental para tu autoformación y reflexión docente. Tanto si es ya así como si estás en el proceso, te leo el domingo que viene y, si te ha gustado la edición, me harías muy feliz si la compartes por Twitter/X. Solo es darle a este botón. Gracias de antemano.
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