En la edición de hoy hablamos de un ámbito que hemos tocado muy poco en este boletín pero que es de vital importancia en el sistema educativo: la orientación vocacional, académica y profesional. Para ello, contamos con el apoyo de la Fundación Bertelsmann, que lleva años trabajando en este ámbito y que en 2020 desarrolló el modelo Xcelence de referencia en orientación.
Segundo de bachillerato. Todo aprobado. Una nota decente en el selectivo. Llego a casa con los papeles para hacer la preinscripción en la universidad. Mi madre sentada al otro lado de la mesa me pregunta: “Entonces, ¿qué vas a hacer?”
Miro un folio lleno de grados. Ninguno me llama la atención. Lo giro. Por aquí tampoco. Cojo el otro y me encuentro las ingenierías. Estas ni hablar, pienso. Seguido de un: ¿qué me gusta a mí?
Me cobijo en el deporte. Ser preparador físico no suena nada mal. Además eso me dará la oportunidad de poder llegar a estar con un equipo de primera división de fútbol. Perfecto, ya tengo la primera opción. ¿Y la segunda? Efectivamente, magisterio. Por si acaso no me llega la nota en la primera. Ser “el de educación física” lo he visto siempre como un “chollo”.
Lo demás ya es historia.
4 áreas imprescindibles de la orientación
En los últimos años hemos dado grandes pasos en materia de orientación sin embargo, aún nos queda camino por recorrer para ser capaces de acercar la realidad del mundo profesional a nuestro alumnado. El mercado laboral está en constante evolución por las tecnologías y otros factores y, aunque no es fácil seguirle la pista, es fundamental hacerlo para que los estudiantes puedan entender el mundo que les espera.
En este sentido, debemos valorar grandes proyectos e iniciativas como los Premios a la excelencia en orientación, organizados por la Fundación Bertelsmann y el Grupo Anaya y que, como veremos, son la punta de lanza de un movimiento que trabaja por seguir mejorando esta orientación académica y profesional.
¿Cuáles son estas áreas y por qué son tan importantes?
Conexión con el mundo profesional. Fundamental para despertar los intereses del alumnado y ayudarles a encontrar su vocación en un mundo que cambia y se desarrolla a velocidades vertiginosas. Desde la orientación podemos (y debemos) ayudar al alumnado a conocer y experimentar la realidad profesional.
Orientación personalizada y en familia. Una educación diversa, inclusiva y abierta conlleva una orientación individual y personalizada, que promueva la participación de las familias en el día a día del centro, poniendo especial énfasis en el proceso de orientación de sus hijos/as.
Información sobre itinerarios de formación. En la última década, más aún tras la Covid-19, los itinerarios de formación han experimentado una grandísima evolución, diversificándose, especializándose y utilizando tanto plataformas online como presenciales para su realización. Esto conforma un enorme mar formativo en el que es fácil perderse si no contamos con la brújula de la orientación.
Vinculación de las asignaturas con ámbitos profesionales. Una clave para eliminar el “profe, ¿y esto para qué sirve?” es estableciendo una conexión estrecha entre las asignaturas y el mundo profesional, desmontando estereotipos y entrenando habilidades y competencias que serán claves para la empleabilidad.
“Bien, Isaac. Estoy de acuerdo contigo, pero no conozco a nadie del mundo de la orientación que me pueda guiar para implementar todo esto”. ¡Exacto! Ese podría ser, a priori, un problema. Para ello, entre otras cosas, se han creado los Premios a la excelencia en orientación, para visibilizar estas experiencias, que podamos compartir, inspirarnos, aprender y poner en valor en comunidad todo lo que envuelve la orientación académica y profesional.
Una buena orientación
¿Qué es la buena orientación? ¿Qué es una buena educación? ¿Qué es ser buen padre/madre? ¿Qué es ser buen ciudadano?
Todas estas son preguntas complejas. Llenas de matices y pequeños detalles (significantes todos ellos) que hacen que no podamos dar una única respuesta que valga para todos los casos.
Entonces, ¿cómo llegan las sociedades a responderlas y a partir de ahí mejorarlas? Mediante el consenso. Los estudios, el intercambio de opiniones, experiencias, conocimientos, perspectivas, etc., desemboca en el acuerdo de unas propuestas que consideramos válidas. Sobre las que todo el mundo nos guiamos.
Esto es uno de los grandes trabajos que ha hecho la Fundación Bertelsmann desarrollando el modelo Xcelence mediante el que propone 10 claves imprescindibles para garantizar una orientación integral y calidad por parte de los centros. Estas 10 claves incluyen esas 4 áreas imprescindibles que nombrábamos antes y a las que se suman otras que tienen que ver con la coordinación y el liderazgo de la orientación, para convertirla en un proyecto educativo de los centros.
Y claro, volviendo otra vez a todos los frentes que tiene la educación, una orientación de calidad no depende solo de la figura de los orientadores/as, sino de todos los agentes implicados en la educación de los ñiños/as: equipo directivo, orientación, docentes y familias.
¿Cómo es nuestra orientación?
Hay una frase que me recuerdo a diario en el aula que dice: “lo que no se mide no se puede mejorar”. ¡Y cuidado! Medir no es calificar, sino evaluar. Analizar cómo lo estamos haciendo respecto a unos objetivos para, a partir de ahí, tomar medidas y mejorar los procesos.
Respecto a la orientación, el modelo Xcelence nos lo ponen bastante fácil, ya que han creado un proceso de autoevaluación para los centros en el que podemos observar cómo es nuestra orientación con respecto a las 10 claves que hemos visto antes.
Y no solo eso, sino que también, para mejorar nuestros puntos débiles o reforzar nuestros puntos fuertes, nos ofrecen este repositorio con materiales y recursos educativos que nos ayudaran a planificar las próximas acciones para conseguir una orientación académica y profesional de calidad.
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