📗 ¿Cómo hacer buenos lectores? (II)
Principios e ideas prácticas para la enseñanza de la lectura - Educlaustro #223
¡Hey! 👋 Soy Isaac Guerrero.
Esto es el Educlaustro, una publicación sobre educación, aprendizaje y práctica educativa leída por más de 3.100 docentes cada semana.
¡Buenos días, profe! 👋 ¿Qué tal?
La semana pasada, en la Edición 222, hablamos sobre la importancia de la lectura en nuestro día a día y, por supuesto, para aprender.
Profundizamos en el cerebro y sus componentes, que nos permiten leer y comprender. También desarrollamos los elementos que conforman el procesamiento fonológico, esenciales para la lectura.
Esta edición es una continuación. Si te perdiste el boletín anterior o no pudiste leerlo, te recomiendo encarecidamente hacerlo antes de seguir con este. Puedes consultarlo por aquí:
Tal como terminé la introducción la semana pasada, lo hago con esta:
“La variable clave que parece definir si una intervención de dimensiones reales en las aulas será un éxito o un fracaso parece ser la formación de los maestros”.
Autor: Stanislas Dehaene
Continuemos formándonos.
¡Vamos al lío!
Principios de la enseñanza de la lectura
En el libro Aprender a leer: De las ciencias cognitivas al aula, Stanislas Dehaene propone siete principios para la enseñanza de la lectura. Siete bases que debemos tener en cuenta a la hora de enseñar a leer.
Enseñanza explícita del lenguaje. No se aprende a leer de forma automática e instintiva. Tenemos que enseñar explícitamente la dirección, la relación grafema-fonema, las reglas, etc. Dentro de esta enseñanza explícita hay algunos componentes que son clave.
Correspondencia grafema-fonema. Deben aprenderse una a una. Evitar la “adivinación”. Son mucho más fáciles las vocales (el fonema se oye y corresponde con una letra) que las consonantes.
Debemos prestar especial atención a aquellas letras cuyo sonido no se distingue claramente solo por el oído: p y b | v y b | ll - i - y. La visión modifica completamente la percepción auditiva. Se puede ver en este vídeo.
Las letras pueden combinarse para formar sílabas. Estas letras mantienen el mismo sonido.
Las letras se pueden cambiar de orden.
Correspondencia espaciotemporal. Escribimos y leemos de izquierda a derecha. Lo que está más a la izquierda ocurre antes (lo diremos antes) que lo que esté a su derecha. El orden importa. La dirección y el trazo también, ya que educa nuestra visión y atención a la hora de leer.
La práctica del gesto de la escritura (el cómo se hace) facilita el aprendizaje de la lectura. Aprender a leer mientras se aprende a escribir fortalece ambos procesos.
Explicar explícitamente que las letras en espejo son distintas. Una forma muy efectiva de enseñarlo es combinando la pronunciación con el trazo de la letra.
Progresión racional. Para enseñar los grafemas y fonemas deberíamos seguir un orden específico. Algunos aspectos que deberíamos tener en cuenta:
Introducir cada grafema uno a uno.
Enseñar primero las correspondencias grafemas-fonema más frecuentes. Esto permitirá, en un estadio muy inicial, leer la mayor cantidad de palabras posibles.
Comenzar con sílabas que estén formadas por C-V y V-C antes de pasar a las que están formadas por C-V-C.
Enseñar algunas de las palabras más frecuentes “de memoria”, en un primer estadio del aprendizaje, también puede facilitar la lectura.
Una vez consolidado lo anterior, podemos continuar enseñando explícitamente los morfemas y sus combinaciones.
Aprendizaje activo. Aprender a leer no es repetir. Es combinar el aprendizaje de la lectura conjuntamente con la escritura. También es manipular, escribir, mover, crear, etc. La lectura mejora con la exploración activa de las letras mediante el tacto y el gesto de la escritura.
El aspecto motor facilita el recuerdo de la correspondencia grafema-fonema.
De lo explícito a lo implícito. Las reglas de decodificación deben enseñarse de forma explícita. Más adelante, surgirá la internalización y automatización de estas reglas aumentando la frecuencia de las lecturas y su intensidad.
Ideas prácticas:
Tiempo de lectura diario.
Acceso fácil a libros (biblioteca de aula).
Sesiones en la biblioteca.
Creación de reseñas orales o escritas.
Seleccionar los ejemplos y ejercicios más adecuados. Deberíamos evitar:
Poner palabras con asociaciones de fonemas y grafemas que todavía no se han aprendido.
Mostrar palabras mal escritas.
Utilizar los mimos ejemplos siempre.
Debemos fomentar:
Uso de palabras frecuentes y familiares para los niños.
Distinguir entre el nombre de la letra y su sonido.
Dotar de riqueza lingüística y poder transferir el aprendizaje. Ir más allá de: “E de Elefante”.
Compromiso activo, elección y disfrute. Durante todo el proceso, como en cualquier otro que conlleve aprender, la motivación del alumnado (Edición 218) es clave.
Adaptar la enseñanza al alumnado. Y para ello, la evaluación (formativa) es indispensable. Medir los progresos nos permitirá identificar y mejorar las dificultades. La evaluación permite progresar y, además, darse cuenta de ello (lo que favorece la motivación).
La autoevaluación es indispensable para un aprendizaje autónomo
Autor: Stanislas Dehaene
Propuesta práctica: Literacy hour
En el libro, Dehaene comenta un programa desarrollado en Reino Unido para fomentar la lectura y el alfabetismo desde los 5 a los 11 años. Tras investigar un poco más sobre la propuesta, mi percepción es que se puede trasladar a muchas otras realidades de una forma no demasiado compleja.
El plan de lectura, llamado Literacy Hour, especifica el contenido que debe enseñarse, el nivel que se debe alcanzar y el tiempo mínimo que habría que dedicar a la lectura.
Así, se establecen -en sesiones de una hora- diversos momentos en los que se hace un trabajo, más o menos especializado, que ayudan a la adquisición de la lectura:
Bloque 1 (10-15 min). Se plantean ejercicios colectivos sobre las palabras, frases u oraciones. Pueden consistir en la decodificación, ortografía, vocabulario, etc.
Bloque 2 (25-30 min). Actividades en pequeños grupos.
Bloque 3 (15-20 min). Se realizan actividades de discusión de forma conjunta con todo el grupo para reflexionar sobre lo que se ha aprendido, lo que debería seguir reforzándose, etc.
Es una dinámica que se puede añadir en una sesión del área de lenguas o, en caso de tenerla, en la sesión de biblioteca. Estaría totalmente integrada en la rutina escolar y no es necesario agregar horas dedicadas a la lectura.
Puedes obtener más información en: Literacy Trust
📚 Fuentes
Universidad Internacional de La Rioja (UNIR). (s. f.). Funcionalidad visual y auditiva para la lectura. En Máster Universitario en Neuropsicología y Educación. UNIR.
Dehaene, S. (2015). Aprender a leer: De las ciencias cognitivas al aula. Siglo XXI.
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